domingo, 24 de octubre de 2010

Vna Balo

- Las estrellas son nuestra unica compania, ¿verdad?, estamos solos, a pesar de que estes aqui a mi lado, estamos solos, vos y yo, en silencio, abrazados, pero solos. Siempre solos, me acompañas ahora, pero en un rato no vas a estar mas. -

La noche se cerraba sobre nuestras cabezas, terminaba de aparecer la ultima estrella del cielo, el color del cielo, oscuro, se confundia con el azul del rio, no se distinguia donde comenzaba uno y donde el otro.
Vos tenias tu brazo ceñido a mi cadera, tenias miedo de que me fuera. Aunque sabias que lo que yo queria en ese instante era eso, estar ahi con vos, en el pasto, en nuestro lugar.

- ¿Por qué te atrae la noche? - Me preguntaste, curioso.

Silencio. No supe que responderte, creo que me atraia por su paz, por su soledad, por su compania, tal vez porque la gran mayoria de las veces que vi el cielo estube con vos, te podria haber dicho cualquiera de esas cosas, pero no.

- No se - Dije secamente.

Me miraste un largo rato a los ojos. Buscando dentro de mi, analizando lo que pensaba, a pesar de que no te lo dijera.

- Tus ojos piden algo, tu cara muestra miedo, hasta culpa podria arriesgar a decirte. - 

Si tengo miedo de lo que pueda pasar de ahora en mas, me das miedo a pesar de que no lo demuestre, en algun punto les tengo miedo a todos, me tengo miedo a mi principalmente. No se de lo que soy capaz.

- Es injusto que puedas saber lo que pienso con solo mirarme, no vale que leas mis pensamientos, pero no me importa, porque sino no podria ver tus ojos y admirarlos. - Dije con tono caprichoso.

Me acerce lentamente hasta estar cerca de tus labios, pero vos te corriste, rapido, veloz. La luz iluminaba tu mirada de una forma extravagante cuando abriste la boca para hablar, despues de haberte alejado de mi.

- No importa cuanto tiente,  yo no puedo dejar que te equivoques o sufras. - Dijiste con tu tono protector.
- Vos siempre tan protector, jamas vas a dejar que caiga ¿no? Eso es lo que pense, jamas me vas a dejar caer... - Dije molesta.

Aunque debia admitir, me gustaba que te preocuparas por mi, que me llamaras y hablaramos de a ratos, cuando estaba mal. Siempre levantandome el animo, haciendome ver las cosas buenas, tomandome de la mano para que no caiga. Silencio, la brisa rozando el aire, tu aire, nuestro aire.

- Te quiero de formas exentricas. -

Rompiste el silencio, con tu aire, con tu aliento.

Yo tambien te quiero, pero mas exentricamente, no tiene medidas. Tu forma de ver el mundo me hace parecer inocente. -

Pensaste un rato, antes de contestarme, tus pensamientos iban y venian, fueron a España, a Viena y vieron a Siberia desde arriba, desde lo alto.

- Inocencia que palabra, nadie es inocente de nada o nadie es inocente del todo. -

Tu respuesta. Mas acertada imposible , el estar en silencio valio la pena. En mi cabeza queda resonando esa frase.

- Inocencia que palabra, nadie es inocente de nada o nadie es inocente del todo.... nadie es inocente de nada o nadie es inocente del todo.... o nadie es inocente del todo.... del todo. -

Y el todo se fue junto con el viento y con el final de este relato....



 

2 comentarios:

Hm dijo...

Un Dejá vú de un sueño, podría arriesgar a decirte. Pero no sé hasta qué punto fue un sueño, o hasta que punto podría ser esto otro dejá vú más.

Ruska** dijo...

En mi opinion, no es un Dejá Vú no es un sueño, es un poco de todo, y todo de la nada.

Publicar un comentario

Toda palabra es bien recibida. Mas si es una devolucion o pensamiento.