- ¿Tú qué sabes de amor? - dijo ella, con un poco de enojo, y tambien reproche.
- De amor no se mucho, sólo se lo que viví. Que por cierto es mínimo.
Las horas pasaban tranquilas, como si no existieran. En ese silencio sin más preguntas, sin más respuestas. Silencio, solo eso.
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Sus manos rodeaban su pequeña cintura, la acorralaba contra la pared, ella, con sus brazos alrededor de su cuello lo acercaba a ella, atrayéndolo, acelerada, acelerado. Sus labios se juntaron, se separaron infinidad de veces, siempre con ganas de mas, de humedecerse otra vez, de sentir sus lenguas otra vez. Sus respiraciones aceleradas ocupaban todo, esa pared, ese tiempo, eran todo.
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"Las palabras quedan cortas, a una accion tan linda."
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