Las persianas se cierran. Las cortinas no dejan pasar luz alguna. Y una niña, en medio de toda esa oscuridad llora, como nadie puede imaginar que lo hace. Niña que es adolescente, que no sabe expresarse, y que no llora con lagrimas, llora con encierro y  mal  humor. Ella se siente rara, que esta diferente, los malos momentos la acechan a la vuelta del rincon. Extraña la luz, vive en un mundo paralelo, en ella todo es oscuridad, sus ropas negras y su pelo despeinado, crean a su alrededor un ambiente de miedo y terror, sus pies descalzos, pero que un dia tuvieron tacos, ahora la hacen sentir extraña. Sus tacos se mueven por la habitacion, hay alguien mas aparte de ella. Esta nerviosa, porque siente que la persiguen, pero no es mas que su imaginacion, aunque ella no lo sabe. Sigue llorando, mentalmente, hiriendose, buscando su muerte poco a poco. Mientras que afuera, en el otro mundo, chicas como ella, se maquillan, salen a bailar, rien y discuten modas. Siguen estereotipos y escuchan musica, estan con chicos y mucho mas. La adolescente, que no quiere crecer, se da cuenta que tiene que abrir las ventanas, correr las cortinas, para cambiar ese aire viciado, de malos recuerdos, tristeza y decepcion. Al abrir las ventanas, ve largos cabellos andando por la vereda, en su esquina vio otra realidad. Maquillajes, diversion, risas y aceptacion. Aunque por mas que todavia no entiende como funciona ese mundo, ella sale a la calle, con sus tacos, para simular que entiende, que no sufre, que sabe lo que es reir, y que es TOP. Pero en lo mas profundo de su ser, esa adolescente sabe, que su mundo esta lejos, que vive con hadas, duendes y muchas fantasias, que espera su principe azul.