viernes, 15 de julio de 2011

Sand & Sun

El sol calentaba mis mejillas, las olas del mar se escuchaban a lo lejos, a lo cerca. Todo era naranja, amarillo y arena. Todo lo que existía en ese momento era yo, y la extensión infinita del mar. Yo, el sol y la eternidad. Compartiendo el mismo instante, la misma música, y las mismas sensaciones. El sol se encargaba de evaporar las lágrimas de mis ojos, permitiéndome descargar toda esa tristeza, toda esa furia, que sentí contra mi, contra mis actitudes y mis acciones. Pasaron las horas, pensando, que no hay idioma mas lindo que el francés, que yo estoy acá y ahora, que la vida la tengo que vivir, tengo que dejar de sufrir, y las olas se escuchaban mas cerca que antes. Mis pies rozaron la espuma de las olas y sentí la vida en lo mas profundo de mi ser.

2 comentarios:

Santis dijo...

hermoso

Santis dijo...

Si, quedate tranqui, que no escribimos para el aire. Es bastante la gente que nos lee, aunque no lo creamos, o no lo podamos ver.
Desde mi lugar, te digo que contás con mi lectura. Ya que seguido, me arrimo a tu blog a ver si actualizás.
Es un mundo muy loco, porque ni siquiera te conozco, pero a través de la lectura, uno puede conocer muchos aspectos de una persona, y si bien ni siquiera se tu nombre, mostras muchas cosas que te pasan en tu vida, que me recuerda a los momentos en que a mi me pasaron. Rescato tu frescura a la hora de escribir. Y me gusta tu estilo.

Esta vez, te dediqué un comentario largo, así la sonrisa es más grande. Jaja.
Adios. Nos leemos.

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