sábado, 11 de septiembre de 2010

Mundo

Dos luces en el horizonte,  se querian encontrar, buscaron caminos pero siempre estaban en el mismo lugar, sus miradas, cuando abrian los ojos eran imposibles, eran tan profundas como el mismo mar. No habia forma de describir la pasion entre esas dos luces, que a lo lejos eran minimas pero cuando se las veia de cerca eran como dos soles, del color del mar, infinitas, sin sombras, sin embargo oscuras como la noche.

Y un mundo soñaba con otros mundos, que estaban al alcanze de un corte, de un minimo viaje hacia el dolor, el primer mundo en su sueño esperaba que alguien lo lastimase para poder despertar y ver que los otros mundos eran irreales que estaba solo, que esa soledad era producida por su centro que podia repeler a toda cosa que se le acercara.
El mundo, tenia una cara, una sonrisa y una mirada, cara que estaba llena de surcos por lagrimas, una sonrisa que hace tiempo que no existia porque se habia quedado en sueños imposibles, sonriendole a realidades lejanas y la mirada que siempre estaba enfocada hacia el mismo lugar, las estrellas. Que tan lejanas eran su unica compania, eran solo fuego, polvo, o lo que sea que fuesen, al mundo no le importaba, sabia que no habia otros como el, que mientras en sus sueños sonreia, sus ojos lloraban al saber que esas lagrimas saladas que caian por su rostro rocoso eran producidas por no poder ver lo bello de sus sueños, pero si sentirlo, saborearlo.
El jamas se dio cuenta que ser un mundo era tener vida en su interior, sus ojos siempre admiraron a su sonrisa pero jamas los quiso cerrar para ver que habia en su interior.
Su sonrisa que si vivia en su interior, le pudo contar, con sus palabras que brotaban como el agua de un riole dijo que el tenia animales, obejtos y personas que pensaban y que el no soñaba con otros mundos sino que los vivia en sus sueños, que sentia todo su interior pero cuando se daba cuenta que soñaba, volvia a ver las estrellas y darse cuenta de q era un sueño.
La sonrisa, hablando le propuso a los ojos, cambiar de lugar, para sentir que seria soñar y ver los sueños. Esa noche, que no sabemos si fue noche o dia, porque el mundo no lleva la cuenta de los dias, sino la gente que vive en el, decidieron cambiar lugares, los ojos soñarian y la sonrisa brillaria a la luz de las estrellas.
Sueño, que llego pronto, pero que esta vez no dejo de ver, sino que vio mas de lo que jamas habia visto, seguia viendo sus estrellas, amigas de la vida que le hicieron compania, pero lo veia a travez de otros ojos, que estaban a la altura de la tierra, poco mas abajo poco mas arriba, sus ojos eran los ojos del mundo y a la vez eran los ojos de una pequeña niña llamada Lucy. Ella dormia pero mientras dormia, que su vida era su mundo, soñaba cosas, con colores, porque no conocia mas que eso, sus ojos de dia veian colores que en situaciones eran alegres y otras no tanto. Los ojos, que ya no eran del mundo sino de Lucy, veian colores brillantes, mas que las estrellas, porque su luz era lejana. Los colores le dieron vida a los ojos y ahora los ojos sonreian, como sonreian ellos, llenos de brillo. Hasta que  Lucy desperto y los ojos vieron otra realidad, vio tostadas, veredas, calles, caras, sonrisas y lagrimas, pero la sonrisa de su planeta era la mejor, porque era unica y contenia todas las sonrisas en una.  Pero vio una sonrisa similar a la del mundo y le pregunto que pasaba si no queria ver la vida desde los ojos de Lucy y volver a ver las estrellas desde mas cerca porque ahora conocia la felicidad, el brillo, que el sueño de Lucy le habia proporcionado.
La siguiente noche los ojos eran del mundo y veian la luz de las estrellas apagadas, porque ahora sus ojos captaban la luz de las estrellas y la admiraban con todo su ser, ser que pronto dejo de ser ojo y comenzo a ser estrella, con el brillo de los colores y la forma de una sonrisa.

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