viernes, 6 de abril de 2012

Tus dedos acariciaban mi piel lentamente, como una suave brisa en el rostro. Nuestros dedos se tocaban, yema con yema. Te recorria el rostro con los labios, besandote los parpados, las mejillas y los labios. Tu olor me embriagaba, como una droga que enloquece al mas cuerdo. Me mirabas y me besabas la nariz, no decíamos nada, pero era la mejor conversación de la historia. Te sonrei y devolviendome la sonrisa me tomaste del menton, acercaste tus labios a mi oido y dijiste las mas bellas cosas dichas jamas. Era nuestro pequeño mundo, nuestra locura incomprendida. No hacían falta las palabras, siempre sobraban y quedaban demas, sin importar cuantas cosas nos dijeramos no se escuchaba sonido alguno. Nos entendiamos perfectamente, compartiamos mil cosas y más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Toda palabra es bien recibida. Mas si es una devolucion o pensamiento.