Corria sin rumbo y sin direccion, hacia una ciudad sin ubicación.
- No puedo más, volvamos. -
Tenía miedo, no podía correr más, no sabía que escapar me iba a asustar tanto.
- Vos lo pediste, vos quisiste huir conmigo, ahora bancatela (no se donde va la tilde) y seguí corriendo. -
Los pulmones no me daban para respirar, mi cabeza no pensaba, solo corría (y se dejaba llevar) huia de esta realidad, para ir a esa ciudad de cristal y sueños. Y él seguía corriendo como si la noche, las estrellas y la luna lo llenaran de energia, pero yo no daba más.
- Basta de correr. -
-...-
- Hey! En serio, no corrás más, vamos al pasto. -
La luna y las estrellas se cernian sobre nuestras cabezas, el habia dejado de correr, y se acercó a mi, tomandomé de la mano, como si fuera su pareja y no como fugitivos.
- Siempre voy a estar con vos, te lo prometo, desde hoy.-
- No te creo, vos no sos de nadie. Sos del cielo, de la luna y la vida. -
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