lunes, 14 de noviembre de 2011

Part II

Ella sabía que él era solo letras, rima y poemas. Que no había lugar para ella en ese mundo de incoherencia, trenes, estrellas y guías. No existía ni para él ni para nadie, desde su última salida. Ellos no se habían buscado, por más de que un dolor insoportable les curtiera la piel y les quemara las ideas, no se iban a ver, no podían. Ya no existían límites entre ellos. Sabían que la proxima vez que se verían , sería casualidad, que el destino los iba a juntar. Pero ellos solo tenían que esperar.
Las lunas corrian al sol, varias vueltas. Y ella cada dia se moria un poco mas para verlo, lo necesitaba, lo sufria, sus ojos color mar tormentoso, sus palabras enredadas. Todo eso extrañaba, asi como tambien le hacian falta sus abrazos, sus besos en el cuello, esos besos de amante, los equivocados, los que no son debidos.
El la acariciaba por la cintura como si realmente la amara, con pasion, de esa que quema y se siente en lo profundo, la besaba como si fuese su unica vez, como si la unica persona en el planeta fuese ella. Pero ella sabia que cuando el se alejaba ( y como sufria esos alejamientos) el iba con otras, a amarlas un rato, a hacerlas enloquecer, para dejarlas en ese estado de decepcion y alegria, necesidad y extrañamiento, con el llanto en los pulmones y las lagrimas en la piel. Y ella, como todas las otras, que le pertenecian, porque el es como el diablo, cuando lo besas, lo tocas o simplemente lo conoces te roba el alma, te hace extrañarlo y necesitarlo cada dia un poco mas, te desnuda de cabeza y de piel, juega con vos como si fueras una muñeca y jamas va a cambiar.
Presion en los pulmones, un corazon destrozado y un gran peso en los sentimientos, provocaba el cada vez que lo veia. Verlo era morir dulcemente, asi como tambien era una adiccion esa muerte dulce con sabor a victoria y fruta. Me era imposible no querer verlo y no dejar de quererlo, o odiarlo, tambien. Es algo muy fuerte lo que siento por el. Cosas que atraviesan el espacio y el tiempo. Son cosas que no se pueden olvidar.
Todo eso sentia ella en esos momentos de confusion y desentendimiento cuando su cuerpo lo necesitaba, pero su corazon todavia no se recuperaba de las ultimas heridas.

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