sábado, 22 de junio de 2013

Fingers

Tus dedos deslizaban por mi piel. Comenzaban su danza por mi cervical, mi cuello. Poco a poco, suaves y temerosos, bajaban, lentamente hacia mis omoplatos. Tus dedos, máquinas de escalofrios, de sensaciones y terremotos, tanteaban el terreno, centimetro a centímetro, lunar a lunar.
La gran y suave maquina, recorría lentamente, poco a poco. Una forma tan particular, si no sentía cada lunar cada pedacito de piel iba a fallar. Por lo que, frente a esa terrible idea, mimaba a cada lunar de una forma única y especial y también los redibujaba con la yema del anular.

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